La gastronomía moderna se basa en la mezcla de sabores y la presentación del plato, para conseguir un gran impacto en el consumidor.
La libertad creativa y la disposición de elementos marcan una cocina y gastronomía como autóctona y única.
Así alcanzar los platos más inigualables en color, matiz, textura, sensaciones y sabor es lo que permite que sean incomparables unos con otros y asegurar que existe alguno mejor es totalmente imposible.
De hecho, un famoso escrito llego a expresar, que ser gastrónomo es como ser artista o poeta, ya que se refiere al gusto como un órgano que debe ser cuidado, que es delicado y por esto se le debe respeto y perfeccionamiento como el oído o la visión.
El aprender a amar el buen comer es algo que la humanidad ha aprendido a apreciar a lo largo de su historia, de hecho, aquellos platos que se consideraban extraordinarios solo respondían a expresiones de sociedades que eran bastante sofisticadas.
Civilizaciones como India, China, Japón, Perú y México representaban estas altas sociedades, y las dos últimas lo fueron debido a que en su momento llegaron a representar el epicentro de distintas culturas, Perú de la cultura Inca y México de las culturas Olmeca, Zapoteca, Tolteca y Azteca.
La gastronomía en México tiene una gran diversidad de platos típicos, por ello fue reconocida, por la UNESCO, como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Los ingredientes básicos y representativos de los platillos mexicanos son: el maíz, el cilantro, el chile, el frijol, el piloncillo, el nopal y el jitomate.
La cocina mexicana, también se caracteriza por sus salsas, que sirven de acompañamiento para los platos tradicionales, preparadas a base de especies y por supuesto chiles en sus diferentes variedades.
Uno de sus platillos más representativo es el taco, que toma como base a la tortilla de maíz y dentro se le pone prácticamente cualquier cosa; la preparación dependerá mucho de la región en la que se encuentre.
Cuando se habla de comida mexicana, generalmente la relacionamos con el mito del picante.
Y sí, es cierto que los mexicanos son amantes de las especias, pero la realidad es que se trata de un ingrediente extra y completamente opcional que se sirve aparte y a gusto del comensal.