El conejo es magra y por tanto ideal para dietas bajas en calorías o para quienes balanceamos nuestros menús, y así nos podemos permitir un día un “Pepito de ternera gallega” y otro día un plato menos calórico. La carne de conejo es muy económica. Es cierto que es una carne un poco sosa pero nada que no remedie una buena receta. Aunque en este plato el ajo es un ingredientes importante no penséis que resulta demasiado fuerte, al contrario, su sabor es muy sutil y agradable. Lava el conejo, limpia las impurezas, sécalo y trocéalo. Sazónalo con sal y pimienta. Calienta en una olla o sartén aceite suficiente y fríe los trozos por tandas hasta que estén bien dorados por fuera y por dentro. Una vez frito el conejo, quita el aceite sobrante, dejando solamente 4 cucharadas. y dora 8 dientes de ajo cortados. Apaga el fuego. Reserva. Majar en un mortero los 4 dientes de ajo restantes, un poquito de sal, los granos de pimienta, el perejil y el tomillo cortados a tijera y el azafrán, Añade el zumo de limón y mezcla todo bien hasta formar una pasta, añade un poco de agua. Pon otra vez la sartén al fuego, añade el majado del mortero, remueve la sartén con movimientos de vaivén para conseguir que liguen bien todo. Se formará una salsita, si ves que no liga bien puedes añadir media cucharadita de postre de harina y revolver hasta que veas una salsita espesita. Sirve el conejo en fuente y salsea.