El caldo de verduras es una base importante para la elaboración de otros platos y a la vez, un plato depurativo en sí mismo.
Desintoxicante, remineralizante por excelencia y por lo tanto alcalinizante, es un alimento que deberíamos tener siempre dispuesto en nuestra cocina.
También se le llama fondo de verduras y con él podríamos preparar una sopa, una crema de verduras o bien puede servir para un arroz o cualquier guiso.
Es un exponente perfecto de la cocina lenta y tradicional.
Si queremos un toque oriental en nuestro caldo de verduras, lo sazonaríamos con salsa de soja, o al retirar del fuego le añadiríamos una cucharada de pasta de miso.
Nos quedará un caldo estupendo para sopas orientales, rammen...
También podemos elaborar el caldo con legumbres, que le aporta un delicioso sabor a puchero.
Las pondríamos en remojo la noche antes y las añadiríamos junto al agua.
Éstas nos dirán cuando está listo el caldo, es decir, cuando las legumbres queden tiernas.
Si solo vamos a utilizar el caldo, podemos añadir las verduras, bien lavadas y sin pelar, eso si, a mi me gustan troceadas, para que suelten más sabor al caldo.