El arroz es un ingrediente presente en casi todas las cocinas del mundo y existen muchas formas de prepararlo.
En su versión más básica y sencilla, nada más requerimos de dos elementos.
2/3 de una taza de arroz.
2 tazas de agua.
LAVAR EL ARROZ
Es tan sencillo como llevarlo a un bowl con suficiente agua y enjuagarlo hasta que esta se vea transparente.
Así se le quita el almidón, evitando que se bata.
COLAR EL ARROZ
Una vez está limpio lo pasas por un colador, puesto que el agua que vamos a usar para cocinarlo no es la misma que usamos para enjuagarlo.
SOFREÍR (ESTE PASO ES OPCIONAL)
Se trata de un pequeño truco con el que podemos experimentar para jugar con la textura del arroz.
Simplemente lo sofreímos en una sartén con un poco de aceite.
El resultado, al final, son granos un poco más firmes, pero que son totalmente comestibles.
COCINAR
Lleva el arroz a una olla profunda y agrega las 2 tazas de agua.
Enciende la estufa y calienta hasta que hierva.
Cuando empiece a burbujear, deja el fuego en un nivel medio, tapa la olla y que cocine por 20 minutos.
Si, al pasar ese tiempo, los granos no están suaves, agrega ¼ de taza de agua.
El arroz blanco es muy fácil de preparar y si sigues estas recomendaciones tendrás la guarnición perfecta para cualquier plato.
Recuerda que al servir podrás decorar la porción con unas hojitas de perejil para darle un toque de sabor y color increíble.