La pregunta real es en qué momento se le empezó a añadir tomate a la preparación.
A día de hoy, no sabemos la respuesta a esa pregunta, pero sí teníamos pistas interesantes.
En 1824, una estadounidense que no había pisado España en su vida publicó, en su 'The Virginia House-Wife', la que creíamos que era la primera receta de gazpacho con tomate de la historia.
Sin embargo, nos equivocábamos.
Como explicaba la periodista e historiadora Ana Vega, ya en 1816, 1824 y 1840 hay testimonios franceses en los que se explica que "el plato favorito de los andaluces era el gazpacho con pan, aceite, agua y tomate".
¿Entonces?
¿Tenemos alguna más antigua?
Pues sí.
La misma Vega encontró hace unos años una receta aún más antigua: la de la dama novohispana Dominga de Guzmán, que entre 1749 y 1779 escribió "un cuaderno doméstico de cocina" con más de 300 recetas, el 'Recetario Mexiquense'.
Esto tiene todo el sentido del mundo: lo que encontramos en ese recetario son decenas de preparaciones castellanas mezcladas con productos mexicanos.
La primera receta publicada en Nápoles parece ser una "salsa de tomate estilo español".
¿Eso significa que el gazpacho moderno es mexicano?
Es decir, es bien posible que para cuando Dominga de Guzmán terminó su recetario, el gazpacho con tomate fuera algo consumido a ambos lados del Atlántico.
¿Dónde surgió primero?
La verdad es que es un misterio y, aunque es "muy probable que en España hubiese ya gazpacho hecho con tomate en el s. XVIII e incluso antes", de hecho, pudo haber surgido independientemente en los dos lados.
¿Pero, entonces, por qué no hemos encontrado una receta española?
No es raro.
La historia de los libros y recetarios es la historia de la gastronomía de ricos y pudientes.
Eso le da un sesgo más que considerable a este tipo de publicaciones.
Por eso, siempre suele ser más efectivo buscar el origen de nuestra comida en los libros de viajes.
Allí, en los ojos de los demás, es donde mejor podemos encontrarnos.