De acuerdo a un estudio reciente de la Universidad de California, se reveló que consumir siete porciones de verduras y frutas al día, reduce el riesgo de muerte en más de un 40%, además es preferible comerlas frescos para aprovechar todas las vitaminas y minerales que contienen.
Verduras y hortalizas: estas son la base de las ensaladas y aportan antioxidantes, hidratos de carbono, vitaminas, minerales y fibras que ayudan a la salud intestinal.
Legumbres: las lentejas, los garbanzos y las alubias tienen antioxidantes, fibra y proteínas en cantidad igual a la carne, solo que sin grasa.
Aderezo: si se está haciendo dieta lo más recomendable es evitar cualquier tipo de aderezo ya que tienen alto contenido calórico, pero si no, lo justo para poner en una ración de ensalada son cinco gramos, lo equivalente a una cucharada de postre, y lo más recomendable (si se tiene el tiempo), es hacerlos en casa, antes de comprar alguno en el supermercado.
Fruta: si se le añaden frutas a la ensalada como mango, fresa, piña, etc.
Esto aporta una carga extra de vitaminas, además si se mezclan frutas cítricas con las lentejas, el hierro se absorbe mejor.
Frutos secos: añadir algunas nueces, avellanas o almendras, aporta antioxidantes y omega 3, que benefician la salud del corazón.
Aguacate: este fruto contiene grasa saludable, que se quema en energía rápidamente.
Se puede añadir a la ensalada para agregar diferentes texturas.
Contiene tiene vitaminas, aminoácidos esenciales y proteínas en alta calidad, que son buenas para la salud vascular.
Carnes: el pollo y el pavo aportan proteínas sin añadir demasiadas calorías siempre que se sirva a la plancha o cocido.