Saber cómo hacer una buena barbacoa es un arte y una ciencia.
Y aunque no hay nada como la comida de barbacoa perfectamente cocinada, hay una serie de fallos habituales que debemos evitar.
Para hacer una buena barbacoa, el mantenimiento es la clave.
Los restos carbonizados de tu última barbacoa pueden influir negativamente en el gusto y el sabor de futuras barbacoas, por lo que limpiar tu barbacoa es primordial.
Una limpieza regular te ayudará a cocinar de manera más segura.
Encender una barbacoa utilizando líquido de encendido no es recomendable, en absoluto.
Si lo haces, le darás a tu comida un regusto químico.
Siempre deberás precalentar tu barbacoa a la temperatura de cocción deseada.
Si tu parrilla no alcanza la temperatura de cocción óptima, correrás el riesgo de que se te pase la comida por dejarla demasiado tiempo en la parrilla.
Cocinar a la parrilla con la tapa cerrada es una regla de oro de la barbacoa.
Con esto no solo controlas la temperatura, sino que también te asegurarás de que el humo circule dentro de la parrilla y se impregne en la comida para crear ese perfecto sabor a barbacoa.
Cocinar con la tapa abierta, conlleva que la comida quede menos jugosa.
Sí precalentamos la parrilla nos aseguramos de marcarnos los filetes y hamburguesas de la forma que queremos y precalentar la parrilla no lleva mucho tiempo y vale la pena esperar.