Puedes hacer una tortilla de patatas perfecta si usas buenos ingredientes, como huevos de "gallinas felices" que estén a temperatura ambiente y una patata que suelte poca agua al freírla, como la patata agria, la monalisa o kennebec. La proporción perfecta es de entre 75 y 100 g de patata ya pelada por cada huevo. Es importante salar la patata y la cebolla, pero no el huevo. Los huevos deben estar ligeramente batidos, sin darles varilla y tenedor como si no hubiera un mañana, simplemente mezclar y listo. Es fundamental escurrir la patata con un colador para que libere exceso de aceite, añadirla al bol con los huevos, mezclar y dejar reposar unos minutos. El calor de las patatas hace que el huevo cuaje ligeramente y así la tortilla queda cremosa. Añadir la cebolla es opcional, pero si se elige hacerlo, se puede caramelizar primero y luego unirla a la patata confitada, lo que queda delicioso. Cocinar la tortilla en una sartén antiadherente a fuego alto durante un par de minutos por cada lado, hasta que esté cremosa y ligeramente cuajada, es la forma ideal de prepararla.