Los hoteles todo incluido lograron sacudirse el concepto con el que se lo asociaba tradicionalmente: muy masivos y de mediana calidad, destinados a comer y beber todo el día; fueron evolucionando y lograron posicionarse en los últimos tiempos dentro del segmento de alta gama. Esta propuesta de alojamiento comenzó en la década del 50 con los Club Med, como pioneros. "Lo que buscaban era otorgar a los clientes una experiencia sin preocupaciones de ningún tipo, idea que reviste una mayor importancia porque el nacimiento de la empresa fue en la posguerra. Desde su introducción, el concepto fue evolucionando y adquiriendo mayor sofisticación en las prestaciones: gastronómicas, hoteleras, edilicias, y llegando a la madurez actual del producto, que incluye el cuidado de los niños, los deportes y las experiencias en familia. Y en lo que refiere a los resorts de montaña, por ejemplo, el all inclusive abarca los pases a los medios de elevación y las clases de esquí y snowboard, parte de nuestro gran diferencial", explica Pablo Godoy, vicepresidente de Club Med para la Argentina. Club Med en Cancún. Los all inclusive se asociaban como vacaciones para comer y beber todo el día con actividades muy masivas sin estar dirigidas a nadie en particular, donde siempre había ruido, bochinche, pero eso fue evolucionando y las actividades se segmentaron para diferentes gustos, con deportes y clases de gimnasia; la música se volvió más chill out y la gastronomía orientada al wellness, donde siempre hay muchas propuestas saludables para elegir. El cliente es más demandante y busca más exclusividad. Las grandes cadenas cinco estrellas siguen ingresando en el sector all inclusive. Hilton es otra de las grandes cadenas que avanza en el camino all inclusive: inauguró tres nuevos resorts en un año en México. La cadena también incorporó áreas VIP: "Los huéspedes tienen la opción de subir de categoría. En Hilton Tulum Riviera Maya acceden a check-in privado, zonas de playa y una piscina privada y opciones gastronómicas con menú exclusivo".