El gazpacho sin pan es una sopa fría refrescante y ligera.
A mí me gusta que predomine el sabor del tomate, que tenga una textura fina y ligera;
y por último que el sabor del pepino y del ajo pasen casi inadvertidos.
La receta como es de esperar no puede ser más sencilla, solo tenéis que fijaros en las cantidades de los ingredientes para conseguir el balance perfecto entre todos los sabores.
Os aseguro que os va a salir a la primera y por supuesto notaréis la diferencia de hacerlo en casa en vez de comprarlo.
Como aclaración contaros que la cremosidad del gazpacho se consigue gracias a la emulsión del aceite con el vinagre y el agua que sultán las verduras, que lleve pan o no es caso aparte.
Para disfrutar del gazpacho la tradición manda servirlo bien frío y añadirle trocitos de pimiento, cebolla y pepino a modo de guarnición.
También hay quien dice que el gazpacho se debe tomar bebido, pero si os gusta más a cucharadas sois bienvenidos.
En este gazpacho sin pan predomina el sabor del tomate mientras que el ajo y el pepino pasan casi inadvertidos.
Poner los tomates, la cebolla, los ajos, el pimiento y el pepino en el vaso de la batidora o procesador de alimentos.
Tritura hasta que no queden grumos, entonces añade el vinagre, la sal y el aceite mientras sigues triturando.
Añade 100-200 ml de agua si quieres hacer un gazpacho más ligero.
Deja que se enfríe en el frigorífico antes de servirlo.
Acompáñalo de las hortalizas picadas como guarnición.
*Puedes añadir 100-200 ml de agua si quieres hacer un gazpacho más ligero.
*Si tu batidora no es muy potente escalda y pela antes los tomates para que quede muy fino.
Otra opción es color el gazpacho tras triturarlo.
*El gazpacho está más rico de un día para otro.
Hablando de gazpacho seguro que también os viene a la cabeza el Salmorejo.
Es también una sopa fría a base de tomate deliciosa, pero es más espesa porque lleva más pan y se toma siempre a cucharadas.
Debo decir que el salmorejo es también otra de las sopas frías que más me gusta tomar en verano.