¿Dónde queda el hotel Colgante?

El hotel colgante más alto del mundo está ubicado en la Patagonia argentina, específicamente en la localidad de El Chaltén, Santa Cruz, frente al imponente cerro Fitz Roy, con cápsulas que cuelgan de la montaña de caso 270 metros de altura, donde los más atrevidos se alojan en estas habitaciones transparentes. Para llegar a las cápsulas del hotel, que lleva por nombre “Ovo Patagonia se debe dar una caminata por la montaña, adentrándose en lo más profundo de la Patagonia argentina, quienes para transitar requieren arneses, cascos, y por encima de todo, valentía para vivir esta experiencia de altura. Las cápsulas transparentes están fabricadas de policarbonato de máxima seguridad, adosadas a una parte de piedra y son habitaciones pensadas para 2 personas, y diseñadas para soportar los cambios climáticos presentes en la Patagonia, como los fuertes vientos y la lluvia. Las habitaciones del hotel están dispuestas de forma vertical, en la parte superior cuentan con una maca extragrande, en el medio existe un baño pequeño y en el inferior espacio para disfrutar de amaneceres y atardeceres, mientras se visualiza la cordillera de Los Andes al fondo. Frente a las habitaciones se encuentra el Monte Fitz Roy, una montaña da de 3.405 metros sobre el nivel del mar, ubicada en la frontera entre Argentina y Chile, en el Parque Nacional Los Glaciares, lo que hace que la vista tenga un mayor atractivo y se eleve su precio. El precio por noche en este hotel es de $1.500 para dos personas, y comienzan el recorrido en el pueblo de Chaltén, y desde ahí se dirigen en 4X4 al primer albergue, lugar en el que se les hace entrega de sus mochilas y equipos para comenzar una caminata de una hora, para ir después por la vía de ferrata, por 5 minutos, hasta llegar a la cápsula donde los reciben con vinos y bocadillos. Para llevar a cabo este proyecto, los expertos y especialistas estudiaron las trayectorias de vuelo de los cóndores, recrearon simulaciones de vientos para finalmente construir este hotel colgante y crear una nueva experiencia para aquellos que les gusta la adrenalina a gran escala. Cada cápsula pesa alrededor de 2 toneladas, así que el viento por más fuerte que sea, no podrá moverlas, su estructura es parecida a la de los rascacielos, es decir, es aerodinámica y tiene un poco de flexibilidad para soportar las condiciones climáticas a las que son expuestas. Las cápsulas están fabricadas con un policarbonato de máxima seguridad, garantizando un descanso tranquilo y cumpliendo con todas normas jurídicas y de calidad.