Los eventos gastronómicos son esos encuentros en los que se ofrece a los invitados comida y bebida, por eso pueden ser tan sencillos como una reunión de amigos, pero también multitudinarios y con diferentes fines, como aquellos que se conocen como festivales gastronómicos, donde se busca resaltar y valorar diferentes sabores, mezclas o recetas en un ambiente creativo y relacionado con la alimentación. Encuentros que los apasionados de la alimentación pueden apuntar en sus agendas porque invitan a descubrir las novedades de la temporada, pero que también se convierten en intercambios profesionales, descubriendo nuevos lugares en los que se puede acudir a comer y cenar con amigos. También son clave para los restauradores, que no solo pueden usarlo como escaparate de sus productos, también aprenden qué tiene para ofrecer la competencia. Son también el lugar ideal para poner en contacto restaurantes y proveedores, haciendo que cocineros y profesionales de la cocina descubran esos ingredientes que les servirán de inspiración o que se conviertan en la pieza clave de esas nuevas creaciones que necesitaban ese pequeño empujón extra para convertirse en una realidad. Son encuentros para comer, aprender y compartir. En Chicago tiene lugar el evento gastronómico más grande del mundo, que en ocasiones se conoce sencillamente como The Taste. Este evento al aire libre se lleva celebrando más de cuarenta años, por lo que no es raro que sea uno de los más famosos también a nivel internacional. Se celebra a lo largo de cinco días y su ubicación habitual es en Grant Park, aunque en las últimas ediciones se ha especulado sobre la posibilidad de que cambiara su localización debido a la apretada agenda del lugar. Además de ser una cita gastronómica ineludible, es también el festival más grande de la ciudad y celebran también conciertos de música en directo en distintos escenarios. El primer Taste of Chicago se celebró el 4 de julio de 1980, una iniciativa de Arnie Morton, que consiguió convencer a la alcaldesa de Chicago y a los restaurantes del lugar para participar. Desde las 11:00 de la mañana hasta las 21:00 horas de la noche, los puestos de comida permanecen abiertos para que todo aquel que consiga llegar al recinto pueda comprar la comida y bebida que desee, aunque dejan de servir bebidas alcohólicas poco antes de cerrar. La entrada es gratuita, por eso la comida y la bebida es necesario pagarla cada uno por su cuenta, aunque suele poder pagarse tanto en efectivo como con tarjeta. Más de cuarenta vendedores y varios food trucks se encargan de que nadie pase hambre en este evento, diferentes tipos de comida variada, típica de Chicago, pero también de otras partes del mundo, para que nadie se marche de este evento con la sensación de haberse quedado con las ganas de probar algo nuevo y diferentes.