Los jóvenes tienen encuentros íntimos en los hoteles del amor, ya que las muestras de cariño en público en Corea del Sur están prohibidas.
A los clientes se les ofrecen preservativos y artículos sexuales de cortesía en lugar de jabones y cepillos de dientes.
En Corea del Sur, la homosexualidad sigue siendo casi clandestina y la sociedad tremendamente machista.
La ley dejó de reconocer el adulterio como delito hace poco menos de un año.
Ni una muestra de cariño en público, de lo contrario, padres o abuelos podrían sentirse ofendidos.
Los hoteles del amor se alquilan por horas y sus clientes son, en su mayoría, personas jóvenes.
Su objetivo es la privacidad, para que los coreanos menores de 30 años puedan mantener relaciones sexuales sin molestar a nadie.
Según la agencia Reuters, en el 2013, el número de hoteles que no ofrecen habitaciones por horas ha disminuido en un 12% con respecto a los datos del año 2006.
En ese mismo periodo, los hoteles del amor consiguieron un beneficio de 2,2 trillones de dólares.
Estos hoteles se están convirtiendo en lugares que las parejas de novios visitan bastante a menudo.
Para los jóvenes es como una cita más, en lugar de ir al cine o quedar para cenar.
Las habitaciones de los hoteles del amor dejaron de ser pequeñas, oscuras, sucias y horteras, y ahora ofrecen jacuzzis, portátiles, instalaciones de calidad o sábanas de seda.
En lugar de cepillos de dientes, champús o patillas de jabón, los hoteles del amor reciben a sus huéspedes con condones, lubricantes o sets sexuales.
La finalidad de estos hoteles del amor comienza a pasar las fronteras del sólo sexo, aunque Corea del Sur sigue siendo una nación cerrada y este tipo de establecimientos son todavía un tema tabú.
La sociedad y muchos de los dueños de estos establecimientos deben de abrir más la mente y alejarlos del lado oscuro al que han pertenecido durante 10 años, hace referencia a la prostitución.