Una de las teorías más extendidas sobre el origen de las tapas es que se remonta a la época medieval, en el siglo XIII, cuando el rey Alfonso X el Sabio ordenó que se sirviera una pequeña ración de comida junto al vino, para evitar que los efectos del alcohol afectaran a los clientes de las tabernas y se produjeran riñas o altercados.
La comida se colocaba sobre la copa o el vaso, haciendo las veces de tapa o tapón, para proteger el vino del polvo y de los insectos.
Esta práctica se habría extendido por todo el reino de Castilla y luego por el resto de España, dando origen a la costumbre del tapeo.
Otra versión sobre el origen de las tapas sitúa el hecho en el siglo XVIII, cuando el rey Alfonso XIII hizo una parada en una venta de Cádiz, llamada Ventorrillo El Chato, que todavía existe hoy en día.
El monarca pidió un jerez y el ventero le sirvió la bebida con una loncha de jamón encima, para evitar que la arena de la playa o las moscas entraran en la copa, debido al fuerte viento de levante que soplaba ese día.
Al rey le gustó la idea y pidió otra copa con su respectiva tapa.
Este gesto del ventero habría sido imitado por otros establecimientos hasta llegar a popularizarse entre la gente.
La otra versión, más enrevesada, implica a los arrieros y carreteros, que al parecer protagonizaban no pocos incidentes en las ventas del camino debido a sus estados de embriaguez.
Para mitigar el efecto del alcohol y que no bebieran con tanta avidez, los Reyes Católicos solicitaron a los taberneros que colocaran un plato con comida sobre las jarras de bebida, que debían comerse primero para poder acceder al alcohol.
Hay quien sostiene que el origen de las tapas es mucho más antiguo y que se trata de una herencia de las culturas romana y árabe, que ya practicaban el hábito de comer pequeños bocados entre horas, para saciar el hambre y estimular el apetito.
Así, las tapas serían una evolución de los aperitivos que se consumían en las ventas, tabernas y mesones desde la Edad Media hasta el siglo XX, y que se elaboraban con productos típicos de cada región.
Como hemos visto, existen varias hipótesis sobre el origen del tapeo y de las tapas en España, pero ninguna de ellas está totalmente demostrada.
Lo que sí parece claro es que las tapas se han convertido en una seña de identidad de la gastronomía española, y un reclamo turístico sin parangón.